sábado, 30 de julio de 2011

Palabra del Obispo: 475 años de la Illius fulciti praesidio


† Alberto Suárez Inda, Arzobispo de Morelia
(Domingo 31 de Julio de 2011)

El próximo sábado 6 de agosto celebraremos el 475º aniversario del Decreto por el cual el Papa Paulo III creaba el nuevo Obispado de Michoacán. El texto de ese Documento fundacional o Bula Pontifica inicia diciendo: “Asistidos por la fuerza del Aquel que es el dueño de los goznes de la tierra, que gobierna los pensamientos de los hombres y que con su providencia genera y sostiene el orden del universo, juzgamos oportuno y necesario, en virtud del oficio que hemos recibido de lo alto, intervenir en los asuntos que puedan llevar un rayo de luz a quienes viven en tinieblas, para que puedan llegar al que es la luz verdadera, Cristo Jesús”.
Y después de exponer algunas razones pastorales, dice el Papa Paulo III: “Para gloria y alabanza del Dios omnipotente y de su gloriosísima Madre, la Virgen María, con la autoridad y según el tenor de las presentes letras, erigimos e instituimos perpetuamente, al pueblo antes dicho (Tzintzuntzan) en ciudad que se llame Michoacán y su Iglesia, en la Iglesia Catedral, bajo la misma advocación que tenía (San Francisco). Será sede del Obispo que será nombrado y habrá de presidirla”.
Como primer Obispo fue presentado el Franciscano Fray Luis de Fuensalida, quien por humildad declinó tal dignidad, prefiriendo seguir con su trabajo apostólico como misionero. Fue entonces cuando la Audiencia de México presentó como Obispo de Michoacán al Lic. Vasco de Quiroga. El Papa ratificó su nombramiento, tomó posesión de la Diócesis el 6 de agosto de 1538 y luego trasladó la sede a Pátzcuaro, que entonces era considerado como un barrio de Tzintzuntzan, dedicando su nueva Catedral al Divino Salvador.
La Arquidiócesis de Morelia da gracias a Dios y desea celebrar esta efeméride profundizando en su vocación como Iglesia particular, reafirmando el compromiso de ser evangelizada para llegar a ser evangelizadora, promotora del hombre integral, como lo hizo el Siervo de Dios Vasco de Quiroga durante los 30 años de su fecundo episcopado.
La historia recorrida nos recuerda que la Iglesia se actualiza incesantemente transmitiendo la fe y convocando a sus hijos a formar parte de la familia de los hijos de Dios. En la Diócesis, comunidad congregada por el Evangelio y alimentada por la Eucaristía, Cristo mismo realiza su obra de salvación reconciliándonos por el perdón que nos da y que nos hace capaces de perdonar y amarnos mutuamente.
Al recordar este acontecimiento histórico salvífico, esforcémonos en buscar la unidad que Jesús anhelaba. En la diversidad de vocaciones, carismas y ministerios, esta Iglesia Diocesana ha de seguir cultivando la comunión fraterna que la haga aparecer como Imagen del Padre, de Cristo Salvador y del Espíritu Santo.
Iglesia Diocesana de Morelia, tienes una misión importante en medio de una sociedad fragmentada, cuando se pisotea al hermano y se ofende al Creador y Redentor de nuestras almas. No pierdas el ánimo; busca con audacia y humildad los caminos para seguir sembrando semillas de paz y de esperanza. El Espíritu te permita llegar vigorosa y renovada al quinto centenario de tu nacimiento, dentro de 25 años. Felicidades, el Señor te ama y María Inmaculada de la Salud te guía y te protege.

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